Dos instantaneas de la charla, para todos los asistentes era la primera vez que podían degustar los vinos generosos de Andalucía y los invitados se sorprendieron por el particular método de elaboración de estos vinos basado en la crianza biológica y oxidativa, y en la combinación de ambas dependiendo del tipo de vino que se pretende lograrHace poco más de un mes ofrecimos una charla-degustación especialmente orientada a los sommeliers de Caracas y los chefs del restaurante Yantar de Los Palos Grandes prepararon las armonías con platos espléndidos. En esta ocasión el chef de Viva Vino, y buen amigo también, Adrián Zambrano fue el encargado de encontrar una plato para cada vino: El Fino Piedra Luenga encontró a dos buenos amigos de siempre, el langostino y el jamón. El Palo Cortado Robles hizo las delicias de los presentes siendo el vino más apreciado de la velada y en eso tuvo mucho que ver un magret de pato con chutney de tomate manzano, especias dulces y cilantro. Para el Amontillado Sublime la compañía fue espectacular gracias a un foi-gras con pure de peras balsámico y reducción de bisqué. Por su parte el Oloroso Abuelo Pepe contrastó con un arroz cremoso con chipirones, morcilla y crema de pimientos asados.
Llega el momento de disfrutar de la cena, los cuatro vinos generosos están servidos para el contraste entre las cualidades de cada uno. Se invita a los asistentes a tantear más allá de la propuesta de maridaje dirigida porque creemos que cada vino aporta un valor en la mesa que puede provocar armonías inesperadas.
La noche no podía ser completa sin la degustación de los vinos dulces de uvas pasas que tanta fama y reconocimientos le suponen a Bodegas Robles. El postre que preparó inicialmente Adrián era un Bizcocho de Chocolate Gran Samán con semillas y compota de mango, en el último momento convenimos sustituir el mango por una pequeña porción de queso de cabra de José Maria porque el postre tenía todos los atributos para enlazar con el Pedro Ximenez Piedra Luenga de añada. La sorpresa final para los invitados fue descubrir la intensidad y emoción de la experiencia con el Pedro Ximénez Dulce de pasas Robles Selección de Soleras 1927, la joya de la corona de Bodegas Robles conquistó el alma y el paladar de todos.
Para Serra & Silva esta nueva experiencia y todo lo que estamos viviendo al abrigo de los vinos dulces y generosos de Bodegas Robles es algo único y muy emocionante. La ilusión y felicidad que provoca en los aficionados al vino de Venezuela el descubrimiento de los vinos de Andalucía es algo mágico. Nos hacen sentir una vibración muy distinta a cualquier presentación que hagamos de vinos tintos o blancos porque para el público supone abrir una nueva ventana hacia una tipología de vinos únicos y con una personalidad tan propia y diferencial a todo lo que anteriormnete han podido conocer. Recoger todas estas impresiones en vivo y recibir tantas muestras de gratitud y pasión justifica sobradamente todas las dificultades que entraña esta iniciativa pionera en América Latina.
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